Después de soltar el auricular con el poder matemático del acento, en sutil mezcla de melancolía por haber dejado el pueblo se aglutinaron los recuerdos. La rienda quedó suelta y como pequeñas canicas en empinada vereda comenzaron a desbordarse las imágenes.
Ellos, yo, nosotros. Jóvenes casi pubertos, una noche como muchas que cursaron en esos días de pelos parados y pantalones rotos. El lugar: el patio de la casa de la niña trompa de trailero y corazón de tigre, la noche tan de pueblo estrellada y titilante. Poco que hacer, la vieja grabadora lloriqueaba, y se daban lugar grandes y pequeñas bandas, nosotros entre cigarro y cigarro y una que otra caguama, en círculo a raz de suelo, donde se vivía el ritualismo de pasar el alcohol (un charquito) , claro no faltaban las disertaciones musicales, nunca se presentaron las melódicas. Así transcurría la noche y se iban hilvanando discursos cada vez menos aterrizados.
¡Mugrero de Pueblo no hay nada que hacer! Pásame otra caguama. Güey ya escuchamos tres veces a los héroes, siguen los caifanes. Bueno, pero que sea el de diablito. Chale, mira ya llegó el pinche enano, nada más falta que salga con sus banditas de punk “underground”. Pues nomás con que no salgan con sus mamadas de punk malvibroso de soy malo y n-o m-e b-a-ñ-o , ya saben que me caga la polla records. ¿Quién se va lanzar al expendio por las próximas caguamas?
Estábamos reunidos y ajenos a la idea que en algún momento fuimos personajes paridos en alguna novela de generación de la onda que nunca se publicó. Pero nosotros hacíamos lo nuestro. Dudo que vuelvan esas noches de discernir caguamero, a lo sumo de vez en vez surgirá una sonrisa al encontrar en el cajón viejo, un tape con letras gastadas estilo tageresco, esos tapes donde guardábamos lo que nos movía el corazón en medio de alaridos y la estridencia proveniente de los torpes rasguños a la lira de los sueños rotos.
Escapar de la monotonía, era la meta, con la ventaja de tener el estómago lleno y una cama caliente donde dormir. Ahora todo tilda como mero recuerdo de orejas perforadas, peinados extravagantes, el tramo nuevo, de vil bosquejo de barbas.
De esto hace mucho, pero siempre seré consciente de lo hermoso que fue ser un rockero en pueblo de vaqueros.
Pic: primera foto del tatuaje de pablito cuando era darketo.
11 comentarios:
T_T chaleee pinchi david si me llego... como esos tiempos nunca mas
arriba el norte ¿a poco? :) que bonito ser rockero en tierra de sombrerudos.
Y mientras mas crecemos, extrañamos los tiempos en que la realidad no era tan aburrida como hoy.
Héroes, Caifanes y Tacuba, perfectos para chelear.
No alcanzo a ver qué es el tatuaje. Ojalá no diga "blackmetal" porque me habrá ganado la intención.
Un saludo
D.
Ahhhh tu nueva plantilla no manches de burbujitas!!!!!
Uy, tiempos imberbes.
Clandestinamente hablando -obviamente para tú-.
Beso.
Buuu, que mal que ya se te acabò la magia y ya te alcanzò la vida, a ver cuando me llevas a caguamear, eh!
vaya... arriba la diversidad!
jaja perdona. saluditos!!
vaya... arriba la diversidad!
jaja perdona. saluditos!!
Las diversiones cambian pero no se acaban, no, no. A lo mejor nos amargamos al mundo con la sonrisa en los libros en lugar del alcohol, las fogatitas intelectuales o jugar a volver a ser niño. Caras y gestos en la calle son de mis mejores recuerdos y eso que fue hace un año.
Cambiamos ¿Maduramos? quién sabe. Pero seguramente hay que adaptarse
o nos tragan los recuerdos
P.d.
que por cierto para ser tan darketo para como me cuentas su tatuaje está muy ñoño. ahora la moda es no ponerse tatuaje porque el tatoo está muy choteado
David.... buenos tiempos... me llenaste los ojos de lagrimas al recordar tantos buenos ratos... se le extraña hermano!!
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