1-2-3- por mí (Porque siempre es bueno tocar base...)

Esos demonios que merodean por mi mente a veces tienen que ser exorcizados y nada mejor que dejarlos volar y salten a los ojos de los incautos, ¡alabado sea este médium virtual! Aquí tendrán su bacanal esos entes de mi ser: mi amada diarrea verbal, mi intoxicado moco cerebral y mi nunca bien ponderada catársis genital. Se los dejo, se los presto, se los regalo. Porque a veces es bueno tocar base...



miércoles, enero 23, 2008

Taller literario


El álgebra me había generado un tremendo dolor de cabeza, pero era consciente de la desventaja de ver disminuida en grandes proporciones la mesada que me daba mi padre, en caso de volver a reprobar, por lo tanto, hice de tripas corazón y seguí tratando de resolver los problemas de tarea.

Mi madre nunca me regañó por mis malas notas en matemáticas, sabía que yo le echaba ganas, que no era lo mío, sin embargo, no dejaba de preocuparme. Tenía rato sin salir a la calle, salvo para lo necesario. Mi madre como siempre con sus ideas de motivación y de tener una buena actitud para alcanzar el éxito, llegó de la nada al cuarto con una sonrisa de oreja a oreja y trató de motivarme.

— Juan, mijito ¿a qué no sabes qué? — la miré con cierta apatía.

—¡Pues que te inscribí a un taller literario de cuento! Yo sé que te gusta mucho leer y a veces escribes cosas, además, escribes muy bonito. ¡Ah! y pues me enteré de que Hermenegildo Ruvalcaba, que por cierto acaba de publicar una novela buenísima “la bata de la mucama” va dar ese curso y pues te inscribí. Comienza el lunes para que estés listo — hice la mejor sonrisa que me salió, aunque en mi interior seguía frustrado por tanto polinomio que resolver.

Ese lunes fui y conocí ahí a varios intelectuales de café, muy sesudos en su mayoría, también alguna que otra señora de sociedad de esas que andan en los eventos culturales y demás para mantener cierto status, pero que siempre están algo perdidas, con su cara de extraviadas.

Pero el personaje que más me impresionó, fue Ruperto Acosta. Él era neurocirujano y siempre tuvo gran afición por la literatura, así que tenía que darse sus escapaditas del consultorio médico para compartir con nosotros sus textos, aunque algunas veces le llegaban mensajes al viper y tenía que retirarse de urgencia.

La dinámica en dicho taller era la siguiente: Una sesión antes Hermenegildo nos daba un temática como detonante del texto, luego entregábamos una copia de nuestro escrito a los demás miembros y uno de los compañeros por decisión personal lo leía en voz alta, mientras tanto, los demás tomaban anotaciones y dábamos la retroalimentación y por último, se le regresaba el texto a su autor.



En eso de la tallereada conmigo eran muy complacientes. Simplemente era el nene, dieciséis años. Los efectos de mis textos eran risas y recomendaciones, en realidad pienso que no se tomaban muy en serio mis letras por mi extrema juventud. Pero al que sí le llovía gacho era al pobre de Don Ruperto. Eran realmente mordaces con él, al grado de que a veces bostezaban mientras se leía su texto. Por su parte Hermenegildo era muy objetivo y nada más le sugería detalles por corregir.

En la última sesión antes de terminar el curso llegó Don Ruperto con su seriedad de galeno que tanto lo caracterizaba. Todos empezaron a organizarse, yo leí mi texto sin pena ni gloria y a lo mucho me dijeron “Juanito sigue metiendo talleres se ve que tienes madera de escritor”. Don Ruperto pidió que fuera el último en ser leído, justificando que su texto era demasiado corto, por supuesto que no hubo objeción alguna. Cuando tocó el turno de leer el texto de Don Ruperto, yo me presté a ser el lector de su creación:


EL PARAÍSO IMPERFECTO


—Es cierto —dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de lasllamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno—; en elParaíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse alCielo es que allí el cielo no se ve.


Ruperto Acosta


Las críticas fueron devastadoras…

—Me parece Don Ruperto, con el respeto que me merece, que eso de entrada no es un cuento, pareciera más un intento frustrado de juntar la malas ideas del tal Jalil Gibrán y algo del estilo de Hesse; en otras palabras lo que usted ha hecho es una especie de aforismo y usó un narrador intradiegético para darle el estatus de cuento, cosa que no le da ni le quita nada al texto—emitió Rodrigo acomodándose los lentes negros de pasta, con cierto tonito de intelectual de café. Él era el experto del grupo en cuestiones de taller y tenía algunas publicaciones en revistas locales.

La señora Florinda la cual nunca aportaba gran cosa, salvo sus clásicos “¡que bonito está!” y cosas que no dan gran idea de si uno hace o no bien las cosas, no comentó nada del texto.

—Pues yo opino igual que Rodrigo, aunque me parece que la idea es buena… pero ciertamente no dice nada nuevo… además está muy fálico su texto — Dijo Lupe que era una chica que estudiaba psicología y en todos sus textos hacía alusión a Freud—

Don Ruperto tomaba notas y rayaba su texto. Yo le comenté que en lo personal no era muy dado a dar comentarios, pero que tomaría en cuenta eso de leer a Gibrán y Hesse porque se me hacía interesante.

El profesor Hermenegildo nada más estaba serio como de costumbre y mirando su reloj, simplemente sonrió y dio unos anuncios de próximos cursos.

Cinco minutos antes de terminar esa última sesión Don Ruperto se paró y pidió sus textos, se los entregamos y antes de llegar a la puerta, los hizo bolita y los tiro al bote de basura. Y dijo unas palabras antes de partir.

—Bueno compañeros de ustedes he aprendido bastante sobre las letras y quiero agradecerles y decir otra cosita: por cierto nunca pensé que saliera nada bueno del tal premio Príncipe de Asturias de literatura…

Casi nadie le prestó atención al comentario, pero Hermenegildo le guiñó el ojo con cierto aire de complicidad. Todos comenzaron a despedirse e intercambiar direcciones y todas esas cosas que suceden cuando se acaba algún curso, después de que se habían retirado casi todos, fui a recoger el papel donde venía el texto del señor Don Ruperto y me encontré que donde tenía su firma estaba tachado y abajo escribió: Augusto Monterroso.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Dice mi mamá: que podras ser la persona mas importante del mundo, pero no eres nada si no eres sencillo...y Tito nunca ha dejado de serlo.

Caiguar dijo...

las letras son tan subjetivas, los intelectuales airados son tan poco intelectuales que les gusta destrozar en lugar de construir. Monterroso me parece un verdadero genio de la crítica, de la narrativa y un excelente humor negro expresado en 3 líneas. Lo más sencillo siempre es lo más complicado.
Yo fui a dos talleres y al contrario de Ruperto todo el mundo me halagaba mis textos, pero nunca nadie les entendía; no sé que era más frustrante, tal vez si les hubieran entendido no los hubieran alabado. note que no le entendían por los comentarios que hacía y los intelectuales son tan necios en sus análisis que no importa si el autor mismo del dice que están equivocados en su interpretación, simpre se sacan de la manga que inconcientemente salió a flote; que barbaridad!!
Los verdaderos críticos son los que degustan las letras y encuentran cosas que una lectura ligera no las entre ve; los malos críticos notan tantos errores que ya son incapaces de disfrutar que en su desgraciada vida en la que su hobbie se convirtió en su perdición, recuperan su sonrisa negra mandando los textos al triturador.
un beso davo, sólo uno. jeje

LSD dijo...

Hello!!

Es la primera visita que te hago y me gusto tu post, realmente la perdicion para la humanidad siempre sera la soberbia, por ella se han cometido los peores crimenes y errores, pero como somos muy soberbios no solemos admitirlos.No soy un verdadero genio de la critica, pero como todos suelo criticar, sin poder evitarlo...ok un dia lo superare!!

Saluditos!!

D. dijo...

Ahora sí llegué a tiempo.
¿Ves que bonito se siente?, ash, bueno, no, no ves.

Me sentí como cuento dentro de cuento y de pronto dentro de otro. Me gustó.

No, no soy complaciente.


¿Y el simio?, ¿eh, eh?, mira que te mato.



¿Y cuando despertaste el dinosaurio seguía ahí?.

Miss. Take dijo...

Será la segunda vez que intente firmar...espero y esta vez si funcione...aunque realmente ni tenga idea de que hice diferente o como entre hasta dar aqui...el caso es que espero que funcione...

Darilea dijo...

jaja asys las mamiss como son
Besitos mi querido primo ;-)
Darilea

Anónimo dijo...

¡Ay! He observado que alrededor de todos los críticos -ya sean profesionales o aficionados- suele revolotear un vienticillo funesto que inserta pajas en los ojos ajenos...

♦♦♦sol☼de☼soles♦♦♦ dijo...

Si era Monterroso en verdad, eso demuestra la complejidad a la que siempre nos enfrentamos, por eso los libros circulan y circulan y llegan hacia quienes un autor nunca sabrá, pero en el micromundo, la realidad es brutal.
Un Gran Saludo y una fuerte experiencia el conocerte.
Besos☼

Anónimo dijo...

Veremos si te acuerdas de mis letras.
un saludo :)

Anónimo dijo...

los críticos son charlatanes, eso decía Juan Pablo Castel.

Stranger dijo...

Alguna vez escuche por ahi que es mas fàcil encontrar los errores que las virtudes y la tendencia de la humanidad es a destruir en vez de construir.

Escribir un cuento corto es todo un reto. Y el cuento del señor es corto y muy bueno.

Primera vez por aca y ha estado genial el haber pasado por aca.

Saludos.

P.D. Me llevo el cuento del señor

Stranger dijo...

Me habia quedado con la duda de Augusto Monterroso, y resulta que es un escritor guatemalteco, jajaja, el señor vaya que se las aplico, sin que se dieran cuenta.

Saludos.

Mr. TAS dijo...

me gusta mucho leerte. no puedo sino saludarte, y releerte!

un saludo

Clarissa Bell Rodriguez Ruiz dijo...

creo que aquellos escritores (bueno, en cualquier disciplinao o área)que hacen críticas solo por hacerlas, guardan grandes frustraciones e inseguridades que intentan ocultar por medio de la crítica devastadora y no con la constructiva. Acaso tengo un poco de eso con ese comentario?!?!
ajajajjaja
Cuidese Sr. Cano!!!