¿Acaso nada más a mi me pasa?

Simplemente por el mero hecho de compartir. Aquí les dejo unas cuantas líneas, que emanaron de noctámbulas actividades pseudos-cerebrales en una noche de insomnio:

En mi periplo por el “mundillo” artístico, he tenido ciertas dialécticas relaciones con diferentes entes creadores (nótese que no estoy asumiéndome como un artista logrado o malogrado, aunque a decir verdad tengo mis aspiraciones).

El caso es, que no sé si sea una limitante la cuestión de género y el canibalismo, pues la retroalimentación por parte de los varones para con este mancebo goliardo es encabronadamente nula, como la circunferencia perfecta que dibuja un 0 eterno, con todo y su poder simbólico; Y no está de sobra otra nota aclaratoria, no es por paranoico o delirante que uno sea, pero nada más surge el tema de hablar de los bienes o perjuicios a nivel de mi personal producción cool-tural, sobre todo tratandose del feedback (opiniones y otros malviajantes pensamientos), surgen los reiterados artificios clicherescos, como aquel de la precisión cuasi-quirúrgica-artesanal del cambio de tema "viste la película Salo de Pierre Paolo Pasolini”, en caso de que uno trate de hacer narraciones Sadescas, o la pertinaz tendencia a dar una revirada hacia los argumentos ajenos al caso, como aquello de “oye y seguiste con tu insoportable levedad intestinal”, suponiendo que el día anterior hubiera padecido un córrele que te alcanzo.

El punto es, y en esto quiero ser rotundo, como un choque a 200 km/hr, de esos que dejan en pérdida total al conductor y al coche, que entre varones (no creo que no sean víctimas de este caso las damas, en las diferentes modalidades del arte), los de nuestro mismo género nos construimos un muro, más impenetrable que el que están construyendo los esbirros de Bush para detener el paso de paisanos trabajadores, a las tierras de los billetes verdes. ¿De qué demonios se trata?... mera casualidad, algún gen todavía no localizado que nos limita a hacer simple lo simple, como un simple consejo de colega del mismo género.

Por otro lado, en las féminas he encontrado una retroalimentación sin lugar a dudas, al grado de que me han dejado adentrarme en sus hiper-dinámicas-policolóricas rutas mentales y anímicas en relación con la comunión que existe entre sujeto-objeto, respecto a consabidos bienes o perjuicios a nivel de mi personal producción cool-tural.

Se les agradece de antemano y a la vez, es importante hacer incapié en su particular anti-símil forma de crear(Ríos de Aplausos).

Como les comentaba me han compartido tanto, al extremo que puedo decir sin reparar en nombres ni detalles que determinarían, etiquetarían y limitarían a sus autoras intelectuales.

Mas no está de sobra decirlo. De la innombrable doncella número uno, admiró su dedicación para buscar el conocimiento más allá de los libros y sus estructuras, diegésis, mitos y leit motivs.

De la señorona número dos, ese ahínco y dedicación por corregir sus propios pensamientos plasmados en sus escritos, luchando una batalla campal entre el lenguaje que lleva dentro y el que nos quiere transmitir.

De la señorita número tres, ese nivel de captación de los valores estéticos, al grado de estar horas con todos sus minutos y segundos, sin olvidar sus milésimas y hasta los nanosegundos contemplando una obra de arte hasta robarle la esencia, por medio del obturador de sus tristes ojos.

Si alguien sabe si este fenómeno es una suerte de paranoia personal, hágamelo saber, si no, sería grato conocer sus experiencias y resolver este misterio que me acongoja...